Esta es la segunda entrega de lo que pretendo sea una serie de reflexiones sobre las TIC y la Red, estos días se han suscitado una serie de fenómenos naturales que nos han demostrado que la fragilidad humana es algo sumamente tangible, hemos vivido el horror de un desastre natural, y ni la super tecnología, ni los más avanzados artefactos mediáticos sirvieron en los primeros momentos para salir del estado de sorpresa paralizante en el cual nos encontrabamos, y digo nos encontrabamos porque áun cuando estamos a millones de kilómetros, las víctimas de este fenómeno natural nos parecieron tan cercanas como cualquier sujeto cercano a nosotros (en un proceso empático a partir de la experiencia del terremoto de 1985) era tanto el dolor que se reflejaba que no atinabamos a dimensionar el asunto en su total magnitud., y se preguntaran qué tiene que ver ésto con las TIC?
Bueno, me parece que una vez que pasamos de la sorpresa a la organización, la emisión de la información, la organización de las acciones de ayuda y demás... la Red se convirtió en un gran aliado de estas acciones, los cables, la emisión de imágenes, los mails que seguramente circularon a nivel individual para corroborar información entre sujetos que habitaban o estaban en esa zona esos días, la esperanza alimentada para estar al pendiente de lo que sucedía casi de manera inmediata (recordemos que la tv y la radio no pueden hacer ese seguimiento minuto a minuto del evento) solamente la alimentaba la Red, buenas o malas noticias, pero la circulación de las mismas era aloo realmente sorprendente, desde los diarios en línea, algunas estaciones de radio en red, grupos de discusión y obviamente comunidades virtuales, estaban circulando millones de bites que permitieron a nivel internacional estar al tanto de uno de los fenómenos más devastadores de la naturaleza en la historia de la humanidad. Sin la Red, esa circulación de la información hubiese sido imposible.
